
No hace falta mucho contexto para hablar de la sequía — gracias al racionamiento, el problema nos ha afectado a todos directamente. No toma mucho tiempo estar en una bañera con cubos de agua para darte cuenta que tenemos un problema serio.
Ayúdame a entender algo: ¿cómo es que podemos estar bajo la amenaza de racionamiento, y días después advertencias de inundación? Parece un chiste malo, pero es la realidad que vivimos.
Para comprender esto, hay que entender que esto es una situación más compleja que una simple escasez de lluvia. Hay otra variable que aporta, de manera intangible, pero sistemática. Por eso es que el problema no se resuelve solamente con un diluvio, y por eso vivimos en una isla donde caen aguaceros una semana y se raciona la siguiente.
Fundamentalmente, carecemos de perspectiva. Implementamos soluciones para lo que nos afecta inmediatamente, pero no le prestamos atención a las consecuencias a largo plazo. La sequía es meramente el ejemplo más reciente en un patrón continuo.
¿Y dónde se ve este fallo sistemático en relación a la sequía? Esencialmente es un problema que ya resolvimos… casi. Sufrimos una sequía similar en el 1994, con racionamiento y todo, y se construyó infraestructura nueva incluyendo el dragado de Carraízo y el superacueducto del norte. Esto permitió que el agua se recolectara más eficientemente, y llevó a que los municipios de Adjuntas y Las Marías fuesen los únicos en no registrar algún nivel de sequía en toda la isla.
¿Por qué esto no resolvió el problema perpetuamente? No se invirtió en el mantenimiento del dragado, según el ingeniero Massol González, ganador del premio ambiental Goldman. Eso dejó al dragado con suficientes recursos para proveer agua a los municipios que lo rodean, pero no más allá.
No es ni un problema nuevo; es uno viejo que seguimos arrastrando. Esa lógica es la que nos lleva al racionamiento.
El plan actual de la aaa
Te invito a una analogía: imagínate que cargas un cubo de agua. Lamentablemente el cubo tiene 2 huecos: uno pequeño y otro más grande. Por el hueco grande se escapa mucha más agua que por el pequeño. Así que, si tuvieses que escoger cuál arreglar primero, ¿se cae de la mata que debe ser el que está perdiendo más agua, verdad?
Bueno, alguien se lo debería decir a la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA).
Ahora mismo se malgasta aproximadamente 58% del agua. Alberto Lázaro, el presidente de la AAA, estableció que ⅔ partes de esta agua perdida es por lo que se llama “pérdida física,” significando que no tenemos la infraestructura (por ejemplo, suficientes dragados o embalses) para recaudar agua. Siguiendo nuestra metáfora del cubo, este es el hueco más grande.
Lázaro también indicó que el resto (es decir, ⅓ del agua perdida) es debido a “pérdida comercial,” o sea, que se la roban en algún punto de distribución o por deficiencia en los contadores. Volviendo al cubo figurativo, este es el hueco pequeño.
Lázaro quiere ocuparse con el hueco pequeño primero, y dice que los fondos que se recuperan a través del parcho a la pérdida comercial se podrán invertir en mejoras de la infraestructura pública. Ir directamente a mejorías a la infraestructura sería muy caro, según Lázaro, así que se usarán los ahorros de estas nuevas medidas para financiar más dragados.
La falta de perspectiva
El presidente de la AAA señala que se necesitan $1.7 billones para cambiar 1.3 millones de contadores y reparar tuberías de distribución. Sin embargo, en la sequía del 1994, se invirtieron $100 millones en la construcción del dragado en Carraízo. Perseguir una alternativa similar hoy en día sería la solución más efectiva porque atacaría la raíz del problema (el 66% o ⅔ partes) y sería la alternativa más costo efectiva. Sin embargo, no es la opción que estamos persiguiendo.
El problema con la lógica que propone el presidente es que es ineficiente; no se maximiza el esfuerzo para resolver el problema fundamental. Si el 66% de un problema surge porque no se recolecta el agua, ¿por qué se van a invertir tantos fondos en lo relacionado al hurto, que comparativamente causa la mitad del mal que la falta de infraestructura? Se necesitan más dragados, y a menos que el costo de uno haya subido más de 17 veces en las últimas dos décadas, esta sigue siendo la solución ideal.
Además, la AAA sólo ha logrado reducir la pérdida de agua un 6% desde el 2011, pero pretenden reducir la pérdida del 58% original a un 29% en solo dos años. Es decir, en los últimos 4 años, la AAA logró mejorar la eficiencia un 6%, pero en los próximos 2, quieren mejorarla un 29%. Juzgando por la evidencia previa, no parece ser un objetivo realista.
Para salir adelante, tenemos que lograr más con menos. Hay que prestarle atención a lo que nos conviene a largo plazo y dedicarnos en la mejor manera de llegar a esa meta. Solo así podemos evitar ahogarnos en un vaso de agua.